La Catedral de Lima

La Catedral fue construida bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción y pasó después a tener como patrono a San Juan Evangelista. La obra se inició en 1541, con Bula del Papa Paulo II, siendo muy modesta y estrecha. Para sus cimientos se trajo piedra rojiza de una cantera de Lunahuaná. En 1549 el Arzobispo Loayza y su alarife Alonso Beltrán, considerando que había sido hecha con materiales innobles, desataron sus muros de adoba y su techo de esteras, reemplazándolos por ladrillos y madera de mangle, respectivamente. En 1572 se quiso que fuera toda de piedra y comenzaron los trabajos, pero al calcular que iba a resultar muy costosa se suspendió lo ya avanzado y se volvió al ladrillo.
En 1598 el renombrado arquitecto trujillano, Francisco Becerra trazó definitivamente la planta de la iglesia, con los mismos lineamientos de la Catedral del Cusco, y dentro de los estilos plateresco y clásico de las catedrales de Jaén y de Granada. Aunque otros dicen que se hizo siguiendo los planos de la catedral de Sevilla. Para la fachada se trajo especialmente piedra de Panamá y hay que ver cuántas naves se ocuparon de su traslado. Pedro de Noguera y Juan Martínez de Arona se encargaron de armar el imafronte, dándole una elegante composición. Noguera fue también el autor del diseño de la sillería del coro, todo tallado en cedro, con la efigie de patriarcas, apóstoles y doctores sobre cada respaldar.
El terremoto de 1746, uno de los más fuertes que ha soportado Lima, en que el mar se salió en el Callao varando barcos en media población, causó graves daños en la gielsia. Sus bóvedas y arcos de ladrilo se rajaron y fueron reemplazados con otros de madera, usándose la quincha como material sismorresistente, con buen cirterio porque ha resultado muy adecuado para los sacudenos terráqueos.
El virrey Manso de Velasco, conde de Superunda, principió su edificación en 1748, encomendando la obra al jesuíta austriaco Juan Rher.
(Texto sacado del libro "Cartas de Lima", de Alfonsina Barrionuevo)